A los elefantes de todas las edades les encanta revolcarse en el barro, especialmente después de una lluvia intensa. Pero para una cría joven, levantarse de un baño de barro resbaladizo puede ser un verdadero desafío.
Captado en una encantadora serie de fotografías, un elefante bebé en la Reserva Maasai Mara de Kenia lucha por ponerse de pie después de una caída en el barro.
El ternero, de entre seis meses y un año de edad, intentó varias veces ponerse de pie por sí solo, pero terminó de espaldas, cubierto de aún más barro. Cuando sus propios esfuerzos fallaron, supo exactamente qué hacer: llamar a su madre para que lo ayudara.
Las fotos, tomadas durante la temporada de lluvias de la región, muestran al pequeño tocando una trompeta para pedir ayuda. Su madre intervino rápidamente y se colocó cerca para que pudiera buscar refugio bajo su gran cuerpo.
Luego le ofreció sus piernas como un apoyo firme, permitiéndole impulsarse hacia arriba en las condiciones resbaladizas.
Una vez que logró ponerse de pie, la pareja continuó su camino, al menos hasta que mamá decidió que era su turno de relajarse en el barro.
El fotógrafo de vida silvestre Andy Rouse, que documentó la escena, estaba en Maasai Mara rastreando a los ñus migratorios cuando vio a los elefantes.
“Vimos un grupo de elefantes moviéndose rápido, sabiendo claramente dónde encontrar buenos lugares para revolcarse en el barro bajo la lluvia”, compartió Rouse.
“Se deslizaron hacia una zona inundada y claramente se lo pasaron bien, chapoteando durante unos 30 minutos. El barro es divertido para ellos, pero también es protector, ya que mantiene su piel a salvo del sol y los insectos”.
Sin embargo, para los elefantes jóvenes, levantarse en el barro puede ser una tarea difícil. Rouse señaló que este pequeño necesitó casi cinco minutos para finalmente ponerse de pie, usando las piernas de su madre como apoyo estable.
“Fue cómico de ver, pero también muy conmovedor: una experiencia especial para todos”, añadió.
Los elefantes africanos, los animales terrestres más grandes del mundo, viven hasta 70 años en estado salvaje y son ligeramente más grandes que sus parientes asiáticos.
Criar a un bebé no es una tarea fácil: las hembras suelen dar a luz cada dos a cuatro años después de un largo embarazo de 22 meses (el más largo de cualquier mamífero).
Entonces, cuando se trata de ayudar a su ternero a salir de una situación complicada, no es de sorprender que la mamá esté más que dispuesta a echar una mano.