La tormenta había dejado el suelo resbaladizo, lo que llevó a los elefantes a deslizarse hacia el agujero de 7 pies de profundidad. Las lluvias monzónicas complicaron aún más la situación, dificultando el rescate de los animales atrapados.
En respuesta, un equipo de veterinarios utilizó una grúa para ayudar a extraer a los elefantes del desagüe.
Sin embargo, el rescate dio un giro peligroso cuando la madre elefante se golpeó la cabeza durante la extracción y perdió el conocimiento, poniendo su vida en peligro.
Las imágenes de vídeo capturaron la intensa operación de tres horas que no sólo sacó a los elefantes del desagüe sino que también revivió a la madre inconsciente.
El Dr. Chananya Kanchanasarak, veterinario principal del parque nacional, explicó: “Tuvimos que tranquilizar a la madre tres veces, pero ella logró avanzar hacia su bebé antes de desplomarse y golpearse la cabeza”.
Mientras la madre yacía inconsciente, su cría, atrapada desde la noche anterior, continuó amamantando, lo que proporcionó cierto alivio a los veterinarios.
Los guardaparques, preocupados por la posible reacción de una manada cercana de 30 elefantes, optaron por un enfoque cauteloso y llamaron a los veterinarios para que los ayudaran.
Una vez que ambos elefantes fueron sacados del pozo fangoso con la ayuda de una grúa, los veterinarios trabajaron rápidamente para reanimar a la madre.
Tres veterinarios saltaron sobre su pecho para administrarle reanimación cardiopulmonar, temiendo que el impacto de la caída le hubiera causado lesiones graves. Afortunadamente, el esfuerzo dio sus frutos cuando la madre elefante recuperó la conciencia.
Después del rescate, la madre y la cría tuvieron que reunirse y regresar al bosque, donde se esperaba que se unieran a su manada.
Tanto los guardaparques como los veterinarios observaron la emotiva escena en la que los elefantes desaparecían en la naturaleza.
Al reflexionar sobre el evento, la Dra. Chananya compartió: “A pesar de todo, la madre nunca se separó del lado de su bebé. Este rescate quedará con nosotros como una de nuestras experiencias más inolvidables”.
Se estima que Tailandia alberga a unos 4.000 elefantes, de los cuales aproximadamente la mitad vive en cautiverio en campamentos, zoológicos y santuarios, mientras que el resto deambula libremente en parques nacionales.