Zimbabwe ha justificado su decisión de enviar 62 crías de elefante a zoológicos de China, Francia y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), argumentando que el país se enfrenta a un problema de superpoblación de elefantes.
Según los funcionarios, la población de elefantes del país es de 80.000, pero la tierra y los recursos sólo pueden sustentar a 42.000.
El desglose del acuerdo muestra que China solicita 27 elefantes, los Emiratos Árabes Unidos solicitan 15 y Francia entre 15 y 20.
Sin embargo, los conservacionistas han criticado estos acuerdos, calificándolos de “éticamente desmedidos”.
Jerry Gotora, jefe de la autoridad de gestión de parques y vida silvestre de Zimbabwe, dijo que la población de elefantes del país es insostenible.
Walter Mzembi, ministro de turismo de Zimbabwe, añadió que los fondos de estas ventas se utilizarán para apoyar los parques del país.
Si bien estas ventas legales tienen como objetivo abordar cuestiones demográficas, son minúsculas en comparación con los 30.000 elefantes asesinados cada año para satisfacer la demanda de marfil de China. Las ventas han provocado un debate más amplio sobre la ética del comercio de animales salvajes.
Sudáfrica, por ejemplo, está presionando para que se legalice el comercio de cuernos de rinoceronte. El país alberga el 73% de los rinocerontes salvajes del mundo y sostiene que la prohibición ha fracasado. Legalizar el comercio, afirman, podría ayudar a reducir la caza furtiva.
Sin embargo, los críticos creen que tales acciones sólo aumentarían la demanda ilegal, como se vio con las excepciones anteriores para las ventas de marfil autorizadas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Frank Pope, de la organización benéfica Save The Elephants, condenó la separación de elefantes jóvenes de sus madres y destacó que estos animales son muy inteligentes y socialmente conscientes.
Cynthia Moss, directora del Amboseli Trust for Elephants, se hizo eco de este sentimiento y calificó de “despreciable” la eliminación de crías de elefante.
Señaló envíos anteriores y señaló que una cría de Zimbabwe ahora vive sola en una jaula en el zoológico de Taiyuan, China.
Aunque el comercio de elefantes africanos está generalmente prohibido debido a su situación de peligro de extinción, Zimbabwe es uno de los cuatro países (junto con Sudáfrica, Botswana y Namibia) a los que la CITES concedió una exención en 1997.
Esto permite al país comercializar legalmente animales vivos a lo que la CITES define como “destinos apropiados y aceptables”.
La CITES ha declarado que no se considera que los elefantes africanos en Zimbabwe estén en riesgo inmediato de extinción.