Los disparos durante la noche provocaron una estampida entre una manada de elefantes cercana, dejando a Kerrio varado y vulnerable.
Los miembros de la tribu local encontraron a la cría angustiada tirada indefensa en la hierba y rápidamente alertaron al Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS).
Ante el peligro que existe en la zona debido al actual conflicto tribal, el KWS organizó una misión de rescate en helicóptero. Phil Matthews y el experimentado portero Julius navegaron a través de un clima severo para llegar a Kerrio.
La transportaron de manera segura a un refugio temporal en una escuela local antes de continuar hacia la guardería David Sheldrick Wildlife Trust (DSWT) en Nairobi.
A su llegada, el estado de Kerrio era preocupante. Sus patas traseras estaban casi inmóviles, lo que generaba dudas sobre si volvería a caminar.
No estaba claro si las heridas se debieron a la estampida o a un incidente anterior que la separó de su rebaño.
A pesar de estos desafíos, Kerrio mostró signos de resiliencia. Con la ayuda de sus cuidadores, comenzó a adaptarse a su entorno e intentó caminatas cortas, que gradualmente se hicieron más largas a medida que mejoraba su movilidad.
Una radiografía y un examen médico brindaron esperanzas de recuperación, aunque el viaje de Kerrio sería lento. Encontró consuelo en la compañía de otros elefantes huérfanos en la guardería.
Larro, un joven elefante cariñoso, la cuidaba, mientras Kinyei y Naleku formaban estrechas amistades con ella, brindándole apoyo emocional.
La historia de Kerrio es una de supervivencia y recuperación contra viento y marea. Gracias a los esfuerzos dedicados del KWS y el equipo DSWT, ahora está en el camino hacia la curación, rodeada de cuidado y compasión.
Su viaje, que comenzó en medio de la adversidad, continúa como un recordatorio del poder de la empatía y la comunidad entre humanos y animales.